Vamos, muévete de esa silla, venga que todos los días sale el sol. No te escondas ni de tu propia sombra, hazle frente a eso que otros podrían llamar amor. Olvídale, si no te corresponde, si no quiere tenerte, él se lo pierde. No te creas que es el último que robará tu corazón para después romperlo, ha llegado la hora de recuperar los trocitos y pegarlos, hacerlo más fuerte, más grande y más sincero. No hay mal que por bien no venga, muévete, sé cate esos ojos vidriosos y vamos a comenzar a vivir. Ríete de ti misma, haz muecas delante de un espejo, juega a bailar, cantar y saltar. Juega a ser y a disfrutar. Juega a inventarte canciones y a imitar a esas personas que saben lo que hacen. Únete al grupo de los que comprenden mejor que nadie que la vida es un segundo y si ese segundo lo pierdes no hay marcha atrás. Si te tienes que arrepentir, arrepiéntete de algo que hayas hecho y no de lo que te quedó por hacer. Que nadie diga que estés mal, que nadie se dé cuenta de lo que te ha pasado que en realidad no es demasiado grave. Simplemente es un problema, dejémoslo ahí. Vete uno, dos o tres pasos por delante de la vida y sonríele desde tu posición, ve tu futuro y admira su perfección, alégratede los buenos momentos del día a día y olvida los malos. Cada día nace una nueva meta, una nueva ilusión, una nueva esperanza, una nueva VIDA. Levántate, ríete de los errores, comete todas las locuras que el cuerpo aguante, disfruta de la compañía de los que de verdad te quieren. Respira alegría, observa, no muy lejos está tu " yo", aquel que perdiste cuando lo conociste. Recupéralo y hazme un favor, sonríe.