-Puede que lo quiera...
-¿Cuánto?
-Más de lo que esperaba, supongo.
-Descríbeme eso.
-Pues llevo días que no puedo dejar de pensar en él, que los latidos de mi corazón llevan un ritmo más fuerte de lo normal, hace días que siento como el dolor de no tenerlo conmigo me mata. Cuando lo veo una sonrísa profunda ilumina mi rostro y me puede alegrar los días más negros. Sueños que mis labios se rocen con los suyo, tengo ganas de luchar por un te quiero.
-No lo quieres.
-Si que lo quiero...
-No, estás enamorada.
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