Ayer era lo bueno, lo bonito, el cuento de hadas dentro de un mundo de brujas. Hoy, el karma. Ayer hacía siete días de algo inesperado, inolvidable. Hoy hace otros siete días de un pequeño, enorme, fallo del destino. Siempre acabo llegando a un dicho que dice no te quejes de lo malo, porque siempre puede ir peor. Ahí está. Una mierda. Hoy hace siete días que tenía algo maravilloso esperándome y mi querida autoestima prefirió evitarlo. Hoy hace siete días que me pregunto ¿Por qué? Why? Perché? Pourquoi?. Hoy hace siete días que decidí joderme un poquito más la vida de lo que ya la tenía jodida. Hoy hace siete días que me intento dar de ostias con todo lo que puedo. Hoy hace siete días que no duermo, ni como. Hoy hace siete días que no puedo pensar en más de una cosa en concreto. Hoy hace siete días que doy las gracias a los gilipollas que me han ayudado a creer tanto en mi. Hoy hace siete días que estoy buscando respuestas. Hoy hace siete días que intento echarle dos cojones el tema, pero no los encuentro. Señores y señoras, con todos ustedes:hoy hace siete días que soy la persona más gilipollas del mundo. A parte de bromas, a parte de ostias y a parte de flores, en estos instantes lo único que podría salvar mi integridad física y mental sería rebobinar siete días atrás, y no irme a dormir mientras él me miraba con cara de gilipollas, o un rato después decidir obligar a esas personillas maravillosas, a salir de fiesta, por nuestra querida Florencia, una vez más. Y entonces este día ya no sería recordado de la misma manera. Y ahí está el problema, el kit de la questión(como dicen algunos), ¿por qué sería recordado?. No lo se, pero tengo claro que por algo mucho mejor.