Cuando no tienes miedo, te sientes dueño de tu propio mundo y de todo lo que te rodee. Cuando no tienes miedo, te da igual perder tal o cual cosa, no lo proteges y si se marcha, te da igual... Tu eres lo suficientemente grande para ocupar todo tu mundo. Cuando no tienes miedo no te asuntan los cambios de dirección ni la pérdida de rutina, no te asusta dejar de ver a alguien, ni dejar de hacer otra cosa, lo sustituyes sin más. No te asusta caer y no poder levantarte ni te asustan las piedras en el camino. No quieres que nadie rompa la perfección que tienes por vida, no quieres ocuparte de nadie simplemente por el hecho de dejar de ocuparte de ti mismo y de mantener esa fachada. No te asusta el futuro, ni lo que fue el pasado ni lo que está siendo el presente, ni los gritos, ni los malos momentos... No temes que llegue el "día" , el día ese en el que todo cambia porque nada puede hacerte daño, nada existe en el mundo que te pueda hacer llorar ni que te afecte tan siquiera un poco. No tienes miedo de sentir porque ni siquiera sientes, no tienes miedo de hacer ni de entender...No esperas que nada suceda, pero tampoco temes lo que puede suceder. Cuando no tienes miedo, no te importa nada, nada es necesario, ni necesitas el miedo. Cuando no tienes miedo a sufrir, no te arriesgas. No tienes miedo a las consecuencias porque ni siquiera tienes unas causas. Cuando no tienes esa barrera, no puedes saltarla ni luchar por romperla, no tienes ninguna motivación, aunque tampoco te hace falta.... No tienes miedo al miedo ¿ Qué más se puede pedir?