En el mismo año que desapareció " X", llego " Y", entrenaba con él, era el hermano de un amigo mío y ¿ por qué engañaros ? Era guapísimo, incluso de pequeño impresionaba. Cuerpo bien definido, aunque no perfecto. Ojos marrones del color de la coca cola cuando se refleja en ella el sol, claritos pero no demasiado, en su justa medida. Dientes blancos y bien colocados sin necesidad de aparato, natural y eso era lo que más me gustaba de él. Sus rizos cobrizos y su bonita sonrisa, me encantaba. Al principio pensé que lo quería de amigo, por aquella época tenía catorce años, ¿ qué iba a saber?Incluso estaba intentando que le pidiera salir a una amiga aunque en realidad, me gustaba. Me gustaba cuando se reía de mis ojos pero no paraba de mirarlos. Me gustaba cuando debatía hasta lo que estaba viendo con sus propios ojos. Me gustaba que me llevara la contraria, lo reconozco porque después de enfadarme, pasaba los mejores momentos con él, se acercaba y me decía al oído: " Enfadica" y yo corría detrás de él, siempre, le intentaba agarrar pero el huía, cuando pensaba que lo alcanzaba se daba la vuelta y se marchaba. Después caíamos al suelo y nos reíamos. Un día cambió todo, él fue quien me besó por primera vez.. Estábamos jugando a la botella, poco romántico, me da igual, para mí fue perfecto, apagaron las luces y me rozó levemente ( tenía que besarme la mejilla) pero él siempre rompía las normas. Más tarde intentaba que siempre nos tocara juntos, se movía de sitio, nadie se daba cuenta pero yo sí, porque yo también lo hacía, como dos tontos. Seguimos así durante toda la excursión, yo me tumbaba encima de su pecho y él acariciaba mi pelo, jugando a ser mayores... después de dos meses volvimos a ser niños y acabó todo, como había empezado. Durante aquel tiempo inventamos mil historias, él me decía que me llevaría al país de Nunca Jamás y yo le decía que me iría con él a donde fuera, ¿ cómo me iba a negar? Me miraba con aquellos ojos…. No era demasiado romántico pero era especial a su manera, yo no podía dejar de pensar en él, de querer hablarle, de quedar todos los días, de enviarle millones de mensajes pero supongo que “ Y” no era el chico con el que estaba destinada a vivir una historia larga, era el chico que me haría sufrir por primera vez pero también el que me enseñó a no tener miedo a mis sentimientos, fue sincero cuando me dijo que estaba cansado, claro y conciso, yo lo acepté y continué…