- El final de una mala racha, es el comienzo de otra camuflada con algún pequeño momento de felicidad. Ponte a contar los días buenos. Ahora los que has sufrido en silencio. Dime un sólo día en el que hayas sido feliz de verdad y que a los pocos días no se te haya ido la felicidad. Dime sólo uno.
- Ninguno.
- ¿De verdad?- Le plantó un beso.
- ¿Por qué has hecho eso?
- Para que tengas un momento de felicidad que contar, ya no va a haber malas rachas. Esto es para siempre y punto. He esperado demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario