Si lo miras pensando en los momentos de ayer, en todas nuestras palabras. En los besos que me diste, o en los que no me pudiste llegar a dar; en las tardes, en las noches y en las mañanas. En la lluvia, en el frío, en las horas de chat. En el teléfono. En tu boca. En mis manos. En todos los abrazos que perdimos, en los momentos de añoranza o de recuerdo, en todo lo demás... Tal vez si pusiéramos el dedo sobre un mapa, todo sería distinto. Apoya el lápiz. Compara con los dedos. El mundo es un pañuelo. Tal vez lo que creíamos un océano nunca fue más que un simple charco.
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