Vale, lo gritaré lo más alto posible. QUE TE DEN. Pero bien dado. Que te pongan en el corazón una diana y que te tiren dardos, a ver si así sientes algo. Que ese ego tan grande que tienes te explote de una puta vez. No, no puedes. No puedes venir aquí, subir las manos por mis piernas, y pensar que las voy a abrir. Ya vale. ¿No te cansas? Enserio, ¿no te cansas de decepcionarme tanto? Te gusta jugar, pero no que jueguen. Conmigo las cosas no van así. Si entras en mi cama una noche, tendrás que quedarte hasta que suene la alarma. Nada de irse a escondidas a ciertas horas de la madrugada. Si me ofreces un cigarro no te lo negaré. Pero antes de la última calada quiero otros muchos revolcones. Al final siempre soy yo la que pierde el culo por ti. La que utiliza la lengua para darte caricias en el cuello.
Me he cansado ya de noches en vela, esperando señales tuyas. De quedarme sentada en la cama, con la almohada en la cara, cagándome en cada segundo que te regalé mi felicidad. Yo hoy con tus TE QUIERO me limpio el culo. Prometo que mañana no te llamaré. Ni mañana, ni pasado. Y yo si cumplo mis promesas.
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